martes, junio 17

27

Odio este mes, Junio no representa una estancia grata ni para mí ni para los míos, el 27 de este mes se cumple un año de la muerte de mi mamá.

No me asusta mi nula capacidad de superarlo, es más, me agrada saber y sentir que aún sigue presente en todo lo que hago y aún mejor me motiva a hacer más.Lo de el año pasado fue una vorágine violenta que no me dejo espacio para pensar en lo que pasaba, fue una ráfaga sin repeticiones y sin compasión, a exactos 6 meses del diagnóstico, con precisa frialdad galena, mi vieja me dejaba , nos dejaba y ni siquiera pude darme cuenta que lo hacía.

Recuerdo el momento de las despedidas después del funeral, entre tanto palmoteo y abrazo no digerí nada, cerré la puerta y quedamos sólo nosotros, mis hermanas, mi papá y yo, pudo porque los muebles no estaban, pero al girar y ver el comedor, sentí la casa vacía, hueca, muerta.

De ahí en más la pena enorme de sentirse sin principio, volátil e indefenso, ese peso que no se va con nada, con nada.Me costó mucho ir de nuevo al cementerio, nada me hacia sentirla ahí, i su nombre tallado en el mármol,su nombre, su nombre me parecía ahora tan largo, lo leía una y otra vez, intentaba evocar su voz en cada letra, su pronunciación y su pausa al leer, no estaba, no estaba en sus calas ni en sus claveles, estaba en nosotros,con nosotros.

Hemos sabido vivir con esto, digo hemos porque somo muchos quienes la sentimos, mi familia, su familia, sus amigos, mis amigos, yo sigo en esto gracias al apoyo de Romina, sigo en esto porque sé que la vida es así, frase que me sonaba tan vacía y ajena en un principio, pero te das cuenta que la vida es así, que no es justa, y por qué ha de ser justa si la vida no te debe nada a ti.

Que el tiempo lo cura todo lo paso por alto, yo no quiero sanar de esto, para mi este dolor no es un mal, este dolor me recuerda lo mínimo que soy y lo que seré,este dolor la trae a mi cada día, este dolor me hace tener la pobre esperanza de despertar y verla, de doblar la esquina del pasaje y verla esperándome afuera de casa, verla inmaculadamente madre, verla llena de toda la vida que ya no tengo, verla sonriendo mientras me acerco, verla calmar todos mis demonios con un simple "...cómo te fue?"

Te extraño mamá.

martes, junio 10

Sick!

Hay cosas que me cargan (envolver regalos,comer garbanzos,pelar kiwis,cantar cumpleaños feliz, la coca cola caliente,etc) y resfiarme, odio resfiarme!

La cosa es así, nunca me enfermo (casi), entonces cualquier indicio de un estado gripal, me caga, simplemente me caga, desde chico la cosa fue así, uno a uno caían mis compañeritos, mientras me mantenía estoico en mi pupitre, ajeno a sopas de pollo y palto miel, pero cuando el resfrioman lograba atacarme, lo mínimo eran 3 días en cama, como pollo.Tres días de tos, fiebre, limón con miel, sobredosis de agua y paracetamol.

Creo que esos procesos (para nada reconfortantes) crearon mi poco aprecio hacia los estados de convalecencia y afines, y hoy por hoy creo que se me acerca uno de aquellos.

El frío, los múltiples donadores (todos andan resfriados!) el aire acondicionado de los bancos, la humedad de las micros, las zapatillas mojadas y que se yo!, se sumaron para darme una exquisita congestión, un quejumbroso cuerpo y una clara dependencia al tapsin caliente, la cosa se viene fea, tres días como pollo!!

miércoles, junio 4

wintertime

la tímida lluvia de anoche me trajo recuerdos, es innegable mi facinación por la lluvia (creo que van más de 4 post sobre este tema) pero el ritmo de las gotas sobre el zinc me llevaron acomparsadamente a recuerdos idos.

Vinieron las botas de agua, los impermeables amarillos y las bolsas en los zapatos, recordé esas mañanas en que tácitamente se acordaba que ninguno iba al colegio, esas tardes de mirar por la ventana, embobado con esa traslucida cortina de agua que lo llenaba todo, mientras el tachito con agua y hojas de eucalipto sobre la estufa, tornaba el aire acogedoramente enrarecido.

Recordé las muchas veces que me subí al techo con mi papá para arreglar (a nuestra manera claro) el techo de mi pieza, haciendo maniobras macgyverianas para evitar las filtraciones a mi cama, la lluvia lo tocaba todo, no discriminaba la lluvia era lluvia para todos.

Después de un gran aluvión (no recuerdo que año) fuimos a ayudar a esa gente junto a mi grupo scout, ellos nos miraban como lo que eramos, extraños afuerinos entrometidos en su desgracia, el alud lo cubrió todo, todo.

Intentamos hacer actividades para los más chicos del lugar, pero no era fácil quitar el barro, y menos la tristeza, no podíamos pedir sonrisas banales ante ese panorama. Recuerdo especialmente una famila eran tres, tres caras de ojos profundos y desconfiados, de manos sucias, pero sucias de desesperación de salvar lo propio, los tres abrazados y lejanos, los tres calzaban unas botas de agua cortadas a modo de zapatos, dentro de mi candidez intente llevar al niño a jugar con los demás, la madre lo apretaba fuerte, el frío de la realidad me recorrió por completo ahí comprendí lo que era yo para ellos, un extraño afuerino entrometido en su desgracia.