jueves, febrero 11

Chile veranea sin mí.

El tema del veraneo siempre me fue indiferente, durante mi infancia era un tema del cual no tomaba arte ni parte, solo me dejaba llevar por las tibias aguas del control parental, era cosa de pedir cosas que no me comprarian, quemarme como jaiva, dormir de guata, hacer castillos de arena y plumas de gaviota y enojarme porque la palmera estaba añeja.

Adentrandome en los años la indolencia veraniega persistía, si nos quedabamos en casa (crisis asiatica, vacaciones in door) o íbamos al balneario de turno mi actitud era siempre la misma, dejar que las cosas siguieran su curso, mal que mal estaba "veraneando".Tenia "plata" para "comprar" lo que yo quisiera (chapitas varias, cueros, pulseras con mi nombre) e ir a donde yo quisiera (a los juegos, a los videos, a la plaza) y hacer lo que quisiera (ponerme aros con insalubres pistolas, jugar a la escondida pelota toda la noche, vagar hasta que me dieran permiso).

Junto con mi emancipación llegaron a mi las preocupaciones de la vida, Timon y Pumba me sonaban a cuento viejo, otra cosa es con guitarra y sin saber tocar.

La gente llena su facebook con sus maravillosas vacaciones salen al ruedo los "totalmente desconectado", "tomando mis merecidas vacaiones", "lejos de Santiasko" (son los mismos que postean su facebook cada 5 minutos, están chatos porque amaneció nublado y se quejan de lo penca y fome que es el campo).

Y aqui estoy yo, trabajando, en Santiago queriendo y necesitando vacacionar, preocupandome del cuándo, cómo y dónde.

Ya casi en la mitad de Febrero, Providencia parece un domingo eterno, el camino a casa es rápido y expedito, algunas caras cansadas otras rojas con lentes inexistentes y en medio yo pensando, pensando en veranear con mi chica,pensando en llevarmela lejos donde nadie huevee.Toco el timbre, me bajo la Alameda me recibe semi vacía, le gente veranea, Santiago veranea, Chile veranea, cuento los locales cerrados así el camino a casa se hace más corto.