Quizás la sentencia que usé por titulo le parezca, por lo menos, premonitoria y totalmente cercana a la realidad, pero hoy la he tomado como meta final al camino que llevo.
Quiero andar en pantuflas y pantalón de buzo, recoger el diario (si todavía existe) y putear de lo lindo al vecino que me riega el ante jardín de pura "buena onda", quiero arrastrar las patas hasta el mullido sillón que dará descansó a mi vieja y mañosa humanidad, hojeando el diario me quejaré de la huevás de noticias que llenan las hojas (seguramente soltaré uno de mis clásicos "en mis tiempos no era así") al lado del sillón una pequeña mesita, en ella una taza de té con limón (!sólo cascara de limón mujer, sólo la cáscara!), al lado de la taza los controles remotos de todos los artefactos necesarios, la idea es no moverme hasta la hora del almuerzo (y putear por la demora de este, claro).
Al almorzar me quejo de lo suelta que dejo la prótesis el dentista y en su ausencia lo puteo a lo largo de toda su línea genealógica, me trago la sopa y espero el segundo plato, como es costumbre no siento las patas, tomo el control remoto de la calefacción y me doy cuenta que el "técnico" (aun puedo mover las manos para mi ya clásico gesto de las comillas) aun no hace bien su pega, pienso en putearlo pero prefiero llamar al servicio técnico y hacerlo presencialmente.
Terminada la digestión del almuerzo (siesta en el sillón incluida) salgo a dar mi acostumbrada caminata a media tarde, esa en donde saludo al viejo del kiosko y puteo al alcalde de turno (Zalaquett jr.) por lo disparejo de la vereda, miro pasar a la gente y los puteo en silencio por tener algo que hacer en la vida, los perros de bolsillo cagan ahora en las paredes,maldigo y puteo (en anglo) a Tom Cruise por haberlos inventado para su re-puta "hija" (quise levantar las manos para las comillas pero me cansé).
Llego al WALMART/jumbo/unimarc/santa Isabel de la esquina, me quejo con el encargado por lo frío del aire acondicionado, por lo feo de su corbata, por lo estúpida de su cara y por su incompetencia al no poder solucionar mi requerimiento (no lo puteo, me cae bien el muchacho).Compro lo que necesito y a la vez lo que puedo cargar (una lechuga, pañales y una caja de té laxante), llego por fin a casa, me enfundo las pantuflas nuevamente, escribo un mail de reclamo al fabricante de los pañales por lo molestos que son sus nuevos pañales al vacío para alguien que no soporta ni su propia mierda.
Me siento en la terraza tomar un té (otra vez con limón, ¡con el jugo de limón mujer, con el jugo!) escucho algo de música y me siento tranquilo, me pongo a pensar y recordar, me recuerdo joven y feliz, me puteo, me puteo a gritos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
oie viejo juliao quero verte!
Publicar un comentario