Aún soy humano

Era miércoles muy por la mañana, escaceaban las micros y la gente, claro para los mortales es feriado, y se nota.

Tome la micro de costumbre, apretaba en mi bolsillo un billete de dos lucas, ese trocito de papel/plástico que me salvaría después a la hora de almuerzo, la micro iba semi vacia, mientras escuchaba al Jose Gonzalez, las gotas de lluvia iban dibujando pequeñas venas en la ventana.

La gente subía y bajaba, con intervalos mas continuos a medida que nos acercábamos al centro, el piso de la micro estaba mojado, la gente mojada y yo ajeno, como siempre, total tengo mejores cosas en que pensar.Un niño sube a la carrera justo después de pasar Avenida Matta, lleva una bolsa negra debajo del brazo, un intento de parka lo cubría a medias , no pude dejar de mirarlo.

Escuchaba música así que solo podía ver como su boca balbuceaba una que otra cosa, mietras se apoyaba en el torniquete de la micro, se abrió la bolsa, asomaron unos super 8, cucha!-pensé, no tenia mas de 9 años y estaba a esa hora, en ese día, en ese estado, intentando hacer unos pesos para llevar a casa.Y yo ahí con mis aires de individuo hecho mierda, viendo que las cosas no cambian y menos cambian si las ignoras, me sentí miserable, miserable en mi indolencia inducida, siempre escuche que "...hay que pensar en el otro" de mi mamá, siempre lo practiqué, pero de un tiempo a esta parte me estaba volviendo vereda, pared, asiento de micro, me estaba perdiendo y me encontré ahí, en es cabro chico mojao, que era el mismo que veía cuando yo tenia esa edad, ese al que veía en la misma micro, haciendo lo mismo, sufriendo lo mismo.

El niño camino por el pasillo sin resultado, venía de vuelta y lo llamé, cuando metía la mano en la bolsa le pasé las dos lucas,- ¿Cuántos va a querer?- me preguntó, -...andate pa' la casa le dije- quedó un poco descolocado, me dio las gracias y se bajó antes de llegar a Alameda.

Avanzó la micro y lo miré, me sonrió y se subió a la mico que venía atrás.